Encontré mis raíces chamánicas a través de una visión con la mujer Búfalo Blanco (espíritu que entregó la pipa sagrada de la paz a los nativos americanos). A partir de ahí, se intensificó mi contacto con el mundo nativo-americano, y un chaman me nombró hombre medicina y hombre espíritu. Actualmente sigo aprendiendo y caminando, con todas las técnicas que puedo aprender y me facilitan mis guías espirituales con mucho amor y alegría, ayudando a los seres humanos a confiar más en ellos mismos y en los demás.